SEC en los medios

El doble revés político de la agenda exterior de Cambiemos

Desde su llegada al gobierno, Cambiemos ha desplegado una intensa actividad en materia internacional bajo el lema de volver al mundo. La Cumbre de la Organización Mundial de Comercio (OMC) y el acuerdo UE-Mercosur, sin embargo, dan muestras de que el mundo ya no es el mismo, y que la estrategia ha sido hasta el momento errada.

FRANCISCO CANTAMUTTO (*) y MARIANO TREACY (**) Por para diario El Cronista Comercial, Edición Impresa, Jueves 21 de Diciembre de 2017

La organización de la Onceava Reunión Ministerial de la OMC (MC11) en Buenos Aires, según había trascendido en las últimas semana, no iba a traer mayores resultados. El apuro por lograr el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea se impulsó con la idea de conseguir un acuerdo político y una foto que mostrara a la Argentina en el camino correcto de la integración. Si ambas apuestas han naufragado estos días se debe en gran parte a que el gobierno de Cambiemos ha realizado una lectura incorrecta del escenario mundial actual, sosteniendo de forma acrítica la anacrónica bandera del Libre Comercio.

La agenda de la MC11 era ciertamente compleja y en las semanas previas a la Cumbre se vislumbraba la posibilidad de un nuevo naufragio. Sin embargo, nadie esperaba tamaña falta de acuerdo para cerrar siquiera una declaración final. Keith Rockwell, vocero de la OMC, manifestó que es imposible por el momento llegar a un consenso acerca de los cinco ejes que están en discusión: Agricultura, Pesca, Servicio, Desarrollo y Comercio Electrónico.

La MC11 va a pasar a la historia como una cumbre en la que se les prohibió la entrada a diversos delegados y ONGs (algo inédito en la historia), por la falta de acuerdo en prácticamente todos los temas que se propusieron y por el desplante producido por la delegación oficial de los Estados Unidos que se retiró del país antes de que finalice la Cumbre, reafirmando su política de América Primero, su desprecio por el multilateralismo y su apuesta por el bilateralismo.

Por otro lado, la Argentina apostó todo al acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea. En las negociaciones de la última semana la Argentina incluso incrementó el acceso de la UE a productos de economías regionales en crisis y mejoró su oferta en los sectores sensibles. Sin embargo no consiguió nada a cambio, lo que hizo naufragar una vez más las negociaciones ya que la UE no mejoró su oferta de cuotas de carnes y etanol ni de acceso a mercados agrícolas, protegidos por subsidios y considerados sectores ultrasensibles por países como Francia, Irlanda y Polonia, entre otros.

La fallida apuesta para firmar de apuro el acuerdo comercial entre el Mercosur y la UE va a dejar el aprendizaje de que ni siquiera en condiciones sumamente favorables para negociar la UE estaría dispuesta a flexibilizar el acceso a sus mercados agrícolas. En este sentido, la lectura indica que la UE prioriza la cohesión política interna frente a las ventajas comerciales potenciales del acuerdo. Todo lo contrario hace el Mercosur (encabezado por Macri y el impopular Temer), que arriesga la integración regional y está dispuesto a entregar acceso a mercados por el mero objetivo de pertenecer.

En el momento en que se suponía que iba a coronar una exitosa estrategia de vuelta al mundo, Cambiemos acaba con una doble derrota, sin anuncios ni perspectivas que ofrecer. Se combinan aquí una mala lectura del escenario mundial con una mala estrategia geopolítica. El mundo se encuentra en crisis desde 2008, y ese encuadre explica múltiples tensiones en torno a los flujos de capitales y mercancías. No estamos frente al mundo de los años noventa, y apostar a una liberalización irrestricta no ofrece ningún resultado positivo.

(*) Investigador IDAES-CONICET, Integrante de la Sociedad de Economía Crítica.

(**) Investigador, Docente UNGS e integrante de la Sociedad de Economía Crítica